Las personas que nacieron el 31 de agosto están dotadas con ingentes cantidades de energía y entusiasmo. Suelen ser atractivas y tienen un talante divertido que les granjea la simpatía de los demás sin aparente esfuerzo. Además, generalmente escalan peldaños en la carrera del éxito ocupando puestos de liderazgo.
En su compañía la vida parece más fácil. Ahora bien, su popularidad y su éxito tienen un precio. Aunque son extremadamente astutos a la hora de entender las motivaciones de los demás —y de influir en sus pensamientos y estados de ánimo—, en lo que concierne a su desarrollo personal pueden estar completamente a oscuras. Inconscientes de su propias necesidades, es probable que dependan fuertemente de la atención y la aprobación de los demás para sentirse valorados. En última instancia, se trata de una estrategia peligrosa dado que deja su felicidad en manos de terceros. Sólo cuando puedan controlar su necesidad de atención pública lograrán crecer psicológicamente y, si bien suelen ser muy dinámicos social y profesionalmente, su «éxito» en la vida puede ser un tanto hueco.
A partir de los veintidós años de edad y durante los treinta años siguientes, estos individuos ponen un mayor énfasis en las relaciones personales. Durante este periodo es importante que no se pierdan en el trabajo o con personas que no merecen la pena. Su felicidad y realización personal dependen de su capacidad para buscar orientación y aprobación en su interior. Si no lo hacen, seguramente se sentirán estresados, confundidos y muy frustrados. Afortunadamente, en esta época también ponen el acento sobre el desarrollo de la creatividad y es necesario que aprovechen las oportunidades que les presente la vida para pensar y actuar de manera más independiente.
Cumplidos los cincuenta y dos años, alcanzan un punto de inflexión del que salen reforzados y con una mayor necesidad de cambio en el plano emocional, cosa que incrementa su autocontrol y los hace más resistentes. Sea cual sea su edad, cuanto antes aprendan a depender menos de la aprobación de su entorno y a confiar más en la intuición, mayores serán sus probabilidades de encontrar la verdadera felicidad y la satisfacción duradera.
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