Cada uno se acomodará de acuerdo con la forma de la pieza que le deje el otro. Los dos poseen la misma química, y ya sabemos a qué sabe pan con pan. Sufrirán el efecto exponencial: si uno de ellos es pulcro, el otro le responderá con más prolijidad. Si uno es materialista, el otro parecerá mezquino.
¿Uno con mal genio? El otro, exigente por demás. Así, se irán acicateando uno a otro… hasta que el primero lo reconquiste con su pulcritud y el otro le planche su ropa con prolijidad.
Uno le volverá a regalar flores para su aniversario con la puntualidad de siempre, y el otro no olvidará cumplir sus responsabilidades matrimoniales. Eso sí, nunca una palabra o un gesto fuera de lugar… ¡y mucho menos una pieza de! rompecabezas!
¿Uno con mal genio? El otro, exigente por demás. Así, se irán acicateando uno a otro… hasta que el primero lo reconquiste con su pulcritud y el otro le planche su ropa con prolijidad.
Uno le volverá a regalar flores para su aniversario con la puntualidad de siempre, y el otro no olvidará cumplir sus responsabilidades matrimoniales. Eso sí, nunca una palabra o un gesto fuera de lugar… ¡y mucho menos una pieza de! rompecabezas!