Sobre Leo

Generalmente, anda por la calle ostentando sus triunfos, mirando de frente, con paso elegante, dejando una estela de buen perfume.
En su inconsciente, pone toda la voluntad para que el deseo de vivir se transforme en un hecho cotidiano.
Por eso se muestra pujante, como si fuera él mismo el que alarga las horas, los días y los años. Su tiempo interno es diferente al de todos los demás. Odia la mediocridad y piensa siempre en el futuro activo. Por eso no se deja estar y se mantiene siempre joven.
Si a pesar de todos sus intentos no logra sobresalir, empleará todo lo que esté a su alcance para conseguirlo. Será el primero en recurrir a cirugías que lo embellezcan. Adorará internarse en los «spa» y disfrutará de los masajes y demás tratamientos que realcen su figura. Su objetivo: ser siempre el centro de la atención. Cuando se sobrepasa, el leonino llega a ser un antipático e insoportable sabelotodo. Sin embargo, no es egoísta. Posee tanta generosidad como cualquier otro. Él se encargará de gobernarnos hasta en nuestras íntimas decisiones. Nos convencerá de que nos merecemos estar con él y podremos darnos cuenta de que, al menos, es honesto y fiel consigo mismo.
Se dice que Leo «tiene el corazón más grande que sus bolsillos», y es muy cierto. No sólo lo tiene al ofrecernos su dinero, sino también cuando comparte tanto sus conocimientos como su tiempo para escucharnos, enseñarnos y guiarnos.
En esos casos, su discurso parece interminable. Abunda en ejemplos, adorna sus palabras y si son más de diez los que escuchan, se esmera aún más. En las reuniones siempre será el que inicie la conversación.
Estará dispuesto a acompañar al invitado de lujo. Siente un gran respeto por las figuras que revisten autoridad, puesto que le encantaría estar en sus zapatos, irradiando protección. Generalmente tiende a ser ostentoso: elegirá el mejor automóvil, el mejor perfume, el mejor restaurante, todo lo mejor.
Odia la mediocridad, la mezquindad, las medias tintas… Junto con Acuario, Escorpio y Tauro, Leo va de frente y se destaca por su perseverancia y determinación.
Leo nunca se baja del trono, y se impone por su fuerte personalidad. No lo molestemos, pues nos demostrará quién es el que manda. Hay matices leoninos distintos, especialmente cuando no es el prototipo. Algunos son dogmáticos, orgullosos, arrogantes, déspotas o dominantes.
El entusiasmo que le provoca un proyecto determinado está siempre unido a su goce interno. Es que todo lo encara con pasión. Mantiene su entusiasmo hasta la vejez. Respeta a sus ancestros como a su patria, y cree que cumple una misión encomendada por ellos. Pródigo en palabras procaces cuando le decimos que es protes-tón, provocador, promotor de situaciones antipáticas, despótico y dictatorial.
En cuanto al dinero, si bien le agradan los placeres y el lujo, no los busca con desesperación. Sabe ahorrar y darse los gustos; haciéndote partícipe de todo, termina siendo propietario de lo que sea. El león nació positivo.
No le teme a la adversidad. Cree ser un «elegido». Está tan creído de que lo es, que pretende que los demás actúen como sus súbditos. Todo tendrá que medirse con su vara. Le encanta dominar y subyugar; le apasionan el poder y el prestigio social Pensemos si no en Napoleón, Simón Bolívar, Rockefeller, Henry Ford, Fidel Castro, Fujimori…
No debemos olvidar que Leo es un signo de fuego, que en Astro-logía siempre está asociado al «ego». Poner de manifiesto la fe en sí mismo no es otra cosa que verdadero optimismo. La tendencia a la aventura es muy marcada y no mide los riesgos, exponiéndose a veces innecesariamente.
No vacila en entrar en acción y provocar cambios, porque desea dejar una huella abrasadora, intensa, fervorosa. De este modo, puede ser tan constructivo como destructivo. Ese fuego que da comienzo a todo, como el Sol, está vinculado con el amor, con todo su poder, su magia y su misterio. Leo está asociado a la Casa V, precisamente la de los primeros amores, la creatividad, los pasatiempos, la enseñanza, los hijos como prole y los hijos espirituales, la vida sexual fuera del matrimonio, etc.
Es en esta Casa en la que se ve en qué estado se halla la educación de un país, como así también los establecimientos culturales, casas de diversión y esparcimiento, teatros, cines, casinos etc. En cuanto a su regente, el Sol, representa el Presidente, el Rey, el Estado, las embajadas…

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