A pesar de que se esfuerzan lo indecible para planificar y organizar su vida, las personas que nacieron el 6 de septiembre parecen predestinadas a enfrentase a lo inesperado. Las cosas nunca llegan a instalarse en una rutina que les resulte cómoda y, aunque esto puede hacer que se sientan ansiosas y llenas de dudas, en lo más profundo de su ser es lo que les gusta.
Desde los dieciséis años de edad y hasta los cuarenta y seis, sienten una fuerte necesidad de relacionarse con otras personas. Cumplidos los cuarenta y siete, su vida experimenta un giro que se resuelve con una reflexión más profunda en torno a su persona y sus capacidades. Será en estos años cuando empiecen a sentirse menos ansiosas y más seguras de sí mismas. Con el paso de los años se fortalecerá su creencia en el destino, convencidas de que desempeña un papel importante en su vida, que modela las situaciones que viven y selecciona a las personas que encuentran en su camino.
La ventaja de creer en el destino es que no tardan en desarrollar la capacidad de enfocar su intensidad y su creatividad en los detalles del momento presente, que es la receta para una vida plena y feliz. Asimismo, estos individuos pueden ser muy comprensivos y afectuosos con todas las personas que integran su entorno, cosa que genera buen ambiente y armonía en sus relaciones personales. El inconveniente es que no invierten suficiente energía en la planificación o la preparación de lo que se avecina, y no es raro que olviden que sus pensamientos, acciones y su comportamiento de hoy también están creando el futuro.
Dado que enfocan su energía en el momento presente y consideran que ninguna persona, palabra, acción o situación es trivial o irrelevante, estas personas son compasivas y fatalistas al mismo tiempo. Siempre y cuando se aseguren de que esta tendencia a pensar negativamente no atrae la mala suerte, que su creencia en el destino no les hace ser extremadamente prudentes, y su naturaleza desprendida no les impide recibir de los demás, disfrutarán de sobrado potencial para erigirse en unas criaturas altamente desarrolladas, expresivas, progresistas y verdaderamente inspiradoras.
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