Las personas que nacieron el 4 de septiembre son los grandes planificadores del año.
Aportan precisión y método a todo lo que hacen, y siempre están planificando, organizando, diseñando e imple-mentando sistemas para que el futuro sea más productivo.
Las personas de su entorno acuden a ellas en busca no sólo de consejo sobre los procesos, sino también para saber cómo hacer planes de futuro.
Dotados con una capacidad natural para discernir cómo funcionan los sistemas, los procedimientos, las estructuras, los establecimientos y la práctica totalidad de las cosas, para estos individuos la eficiencia es un valor fundamental.
Por esta razón, son muy brillantes cuando se trata de encontrar atajos o formas mejores de hacer las cosas.
Por lo general, disfrutan criticando, derribando o poniendo de relieve los defectos o fallos de un proyecto. Su conocimiento es tan amplio que deberían asegurarse de utilizarlo bien y no prestar atención a causas o proyectos que no lo merecen.
Desafortunadamente, los individuos menos evolucionados nacidos en esta fecha —que por suerte son pocos— son unos estafadores formidables.
A partir de los dieciocho años de edad sienten una mayor necesidad de asociarse y relacionarse con otras personas.
Durante este periodo también es probable que desarrollen su sentido de la belleza y la armonía.
Es, pues, importante que su tendencia a planificar el futuro no les cierre las puertas a un presente feliz.
Cumplidos los cuarenta y nueve años, su vida experimenta un giro que se resuelve con un mayor énfasis en la regeneración emocional y espiritual, así corno con numerosos proyectos financieros o de negocios.
Durante toda su vida, la clave de la felicidad y de su éxito no necesariamente se encuentra en las ganancias materiales o en la carrera profesional, sino en el desarrollo de su espiritualidad, un objetivo que puede confundirles o incluso asustarles.
Sea como fuere, una vez que entiendan que el crecimiento espiritual —y no el progreso material— es un proyecto que requiere concentración, dedicación y pasión, estos individuos serán capaces de materializar sus esperanzas de futuro de la manera más perceptiva, poderosa e inspiradora posible: en el presente.
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