Las personas que nacieron el 7 de diciembre a menudo sienten que su vida tiene un sentido u objetivo especial. Así pues, se atreven a ser diferentes y, puesto que poseen una mente creativa, en la mayoría de los casos logran destacar sobre el resto. Aunque tienen hambre de aventuras, primero y por encima de todo son individuos soñadores cuya mente les permite llegar a lugares inconcebibles para los demás. Suelen marcar tendencia y establecer sus propias normas. Su estilo librepensador y progresista causa estupefacción y asombro en la gente de su entorno. Son personas solitarias que saben cómo mezclarse en el grupo cuando es necesario, toda vez que su conversación siempre es animada e interesante. En cualquier caso, su mayor problema es que tienden a hablar mucho y a actuar bastante menos. En la práctica esto significa que si no pasan de las palabras a los hechos, los demás les descalificarán tildándoles de soñadores incapaces de hacer realidad sus proyectos. Y en buena medida esto es cierto, como también lo es que son personas originales y creativas con tendencia a perderse en el mundo de las ideas.
Hasta los cuarenta y cuatro años de edad, estos individuos sentirán la necesidad de perseguir sus metas con un enfoque más práctico y realista. Deberían estar muy atentos, ya que su tendencia a cambiar de trabajo o a mantener un trabajo que evidentemente no se ajusta a sus capacidades, puede hacerles muy infelices. Luego de cumplir los cuarenta y cinco años, su vida experimenta un giro marcado por una fuerte necesidad de expresar su individualidad. Si para ese entonces no han encontrado su vocación, es muy recomendable que busquen la ayuda de un experto y barajen la posibilidad de formarse para cambiar de carrera. Como alternativa, pueden buscar satisfacción y realización personal fuera del trabajo. De hacerlo así, es necesario que se aseguren de no supeditar completamente su espíritu soñador a la consecución de la estabilidad económica.
Cabe decir también que nunca se conformarán, pero que finalmente encontrarán la manera de dar rienda suelta a su naturaleza. Y es que sería una verdadera tragedia que el mundo no se beneficiase de su creatividad y su magia.
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