Aunque es evidente que son energéticas y tienen una gran fuerza de voluntad, no es fácil conocer bien a las personas que nacieron el 21 de diciembre, ni saber lo que piensan o sienten debido a su naturaleza hermética. Y es que prefieren expresar las cosas con acciones antes que con palabras, siendo así que su imponente y silenciosa presencia resulta inescrutable aun para sus allegados.
Que sean un misterio no significa que sean individuos pasivos o reservados. Más bien lo contrario, porque están decididos a hacerse oír y alcanzar sus metas. Sucede que en lugar de intercambiar opiniones prefieren avanzar con independencia de lo que los demás digan o piensen. Si como resultado de ello se produce alguna trifulca, no se inmutan. De hecho, su presencia suele intimidar no sólo porque los demás nunca saben qué esperar de ellos sino porque cuando sueltan alguna que otra palabra elegida con sumo cuidado, pueden ser muy duros y cortantes. Por consiguiente, la gente piensa que en su presencia no puede relajarse porque son como un volcán dormido, de apariencia serena pero con un interior peligroso e intenso.
A pesar de que algunas veces parecen amenazantes, en realidad son individuos sorprendentemente inseguros, pero nunca permitirán que su entorno se dé cuenta. No obstante, es esta inseguridad la que les obliga a estar a la defensiva, alimenta el resentimiento contra quienes les caen mal y, por encima de todo, anhela el respeto y la admiración de los demás. Deberían entender que ya cuentan con la admiración de los demás, y que lo que verdaderamente necesitan es su afecto, algo que sólo conseguirán cuando aprendan a confiar y compartan sus sentimientos.
Alrededor de los treinta y dos años de edad su vida alcanzará un punto de inflexión y disfrutarán de numerosas oportunidades para dejar de probarse y enfocarse más en encontrar su lugar en la sociedad. Si logran aprovecharlas y finalmente abren su mente a los puntos de vista alternativos y su corazón al poder mágico que albergan en su interior y a los demás, no sólo descubrirán el secreto de la felicidad sino el secreto de la felicidad de sus semejantes.
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