Las personas que nacieron el 16 de diciembre están dotadas con una imaginación desbordante. Por otro lado, encaran la vida con un enfoque lógico y objetivo que les protege y hace que no sucumban a las modas pasajeras y otras veleidades. De hecho, son capaces de observar y analizar a las personas y las situaciones con el desapego inquisitivo de un antropólogo.
Nada escapa al escrutinio de estos individuos agudos e inteligentes. Y cuando combinan su mente analítica, lógica y decidida con su fértil imaginación, disfrutan de sobrado potencial para discurrir innovaciones duraderas. Una vez que se hayan marcado unos objetivos, los perseguirán con una determinación remarcable, y si bien esto sirve para incrementar dramáticamente sus posibilidades de triunfar en su profesión —cabe decir que muchos de ellos llegan hasta lo más alto—, su estrechez de miras y la obsesión por sus metas pueden en ocasiones aislarles de los demás.
Hasta los treinta y cinco años de edad adoptarán progresivamente una actitud más práctica y realista, que aplicarán en la carrera en pos de sus objetivos. Será en estos años cuando seguramente podrán extraviarse en el laberinto de su carrera profesional. Por esta razón, es importante que alcancen el equilibrio entre la vida personal y el trabajo, y que muestren una mayor sensibilidad a los sentimientos de los demás. No obstante, cumplidos los treinta y seis años, su vida alcanza un punto de inflexión que enfatiza su necesidad de independencia y de expresar su individualidad, así como el deseo de descargarse de responsabilidades. Es probable que participen en actividades de tipo social, humanitario o con un marcado carácter espiritual. En un primer momento, este cambio de rumbo podría confundirles y desorientarles, pero con el paso de los años empezarán a entenderse mejor y experimentarán la vida no tanto como si fuese un laboratorio científico sino en un nivel más intuitivo y profundo donde las cosas se viven en lugar de analizarse.
También empezarán a darse cuanta de que la clave para desbloquear su potencial de éxito consiste en no perder los sentidos de la realidad y del arraigo, de suerte que puedan ser lo bastante receptivos como para ajustar su intuición y tomar las decisiones correctas para sí mismos y para sus semejantes.
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