Las personas que nacieron el 20 de octubre son en cierto modo una paradoja, puesto que su personalidad tiene dos caras netamente diferenciadas. Por un lado, son la quintaesencia del profesionalismo, es decir, personas que comunican un mensaje de colaboración, competencia y armonía. Por otro lado, son impredecibles, pero también capaces de apreciar el arte, la sensualidad, la creatividad y la belleza.
Generalmente, las personas que nacieron en esta fecha logran compaginar ambas facetas de su personalidad, tal vez optando por carreras convencionales y dando rienda suelta a sus inclinaciones artísticas con un hobbie o poniendo énfasis en su estilo personal. En honor a la verdad, su apariencia rara vez es algo trivial o secundario en su vida, tanto así que, por muy convencional que sea su profesión, siempre encontrarán la manera de expresar su individualidad a través de la ropa, el peinado o su sentido de la moda.
Esta doble vida también se pone de manifiesto en su manera de relacionarse con la gente. Les gusta pensar que dan prioridad a los demás y que son unos demócratas natos, pero sólo será cuestión de tiempo que llamen la atención de todos y asuman el liderazgo, dado que para eso han nacido. Esto en modo alguno significa que les manipulen o sean insinceros. Más bien lo contrario, dado que son individuos desprendidos y extremadamente afectuosos. Sucede que su creatividad y originalidad características son tan potentes que les resulta completamente imposible contenerlas o subordinarlas durante mucho tiempo.
Tras cumplir los veinte años, es probable que experimenten una mayor necesidad de cambios emocionales, regeneración y poder personal. También es probable que tengan dificultades para expresarse de manera creativa en su vida profesional. Mediada la treintena y hasta los cuarenta años de edad, su vida experimenta un punto de inflexión que realza su espíritu aventurero. En este tiempo será absolutamente crucial que encuentren la manera de reconciliar su racionalidad con sus impulsos creativos y artísticos. Si logran alcanzar este difícil equilibrio seguirán teniendo una doble vida. La diferencia estriba en que ya no les planteará complicaciones ni conflictos, sino que la vivirán como algo satisfactorio y perfectamente natural.
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