La lucha es un tema fundamental para las personas que nacieron el 20 de noviembre. Esto puede resolverse en la forma de lucha por obtener reconocimiento en la sociedad o como un conflicto interno en el que los aspectos impulsivos e impacientes de su personalidad luchan para ejercer su dominio sobre la necesidad de disciplina y autocontrol.
Desde muy temprana edad, estos individuos nunca han temido alzar la voz en defensa de lo correcto, aun cuando eso signifique quedarse solos. Son gente de ideas fijas y mucha energía. En la mayoría de los casos abrirán camino, inspirando a los demás con su ejemplo y consiguiendo que les sigan. Ahora bien, si una causa o una figura autoritaria no merecen su respeto, no dudarán en rechazarla o criticarla abiertamente, granjeándose no pocos enemigos en el camino. Esta reacción impulsiva, aunque honesta y directa, no resulta sorprendente habida cuenta el enfoque netamente emocional con que encaran la vida. De hecho, buena parte de su vida está gobernada por emociones insobornables, completamente inflexibles, pudiendo pasar del entusiasmo y el optimismo a la desilusión más amarga y la desesperación en cuestión de segundos. Aunque la intensidad y la seriedad de sus objetivos sirven para que alcancen el éxito y sean respetados por la mayoría, serían mucho más felices y se sentirían más realizados si pudieran tomarse un poco menos en serio.
Antes de cumplir los treinta y un años de edad es posible que su vida avance envuelta en un halo de optimismo. Será en estos años cuando decidan arriesgarse más. Sin embargo, una vez que han cumplido los treinta y dos, alcanzan un punto de inflexión que les anima a adoptar gradualmente un enfoque más práctico, ambicioso y realista, además de que sienten una mayor necesidad de ordenar y estructurar su vida.
Tengan la edad que tengan e independientemente de la época, la clave de su éxito radica en su capacidad para identificar y aceptar sus emociones, muy especialmente el enojo. Esto les proporcionará la ventaja mental que necesitan para triunfar y superar casi cualquier obstáculo, reto u oponente que se cruce en su camino.
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