Las personas que nacieron el 16 de noviembre son autoritarias por naturaleza y, dado que son inteligentes, perceptivas y tienen objetivos muy claros, su autoridad rara vez es cuestionada. Además, generalmente desean lo mejor para sus semejantes. Como consecuencia de ello, los demás escuchan lo que tienen que decir y en la mayoría de los casos siguen su consejo o sus instrucciones.
Radicalmente individualistas e independientes, es probable que desde la niñez o la adolescencia hayan desafiado el status quo. Sin embargo, con el paso de los años llegan a la conclusión de que serán agentes del cambio más efectivos si intentan cambiar el sistema desde adentro que si alzan su voz solitaria desde afuera. Están particularmente bien dotados para los puestos de liderazgo, desde donde pueden erigirse en una influencia poderosa o informativa para los demás.
La gente que les rodea generalmente respeta su convicción y su deseo sincero de promover el bien común, así como el tacto que demuestran cuando recaban apoyos para sus fines. No obstante, habrá veces en que la necesidad de iluminar e inspirar a los demás será tan fuerte que se volverán muy controladores, manipuladores e intolerantes, y se negarán obstinadamente a reconocer cualquier otra manera de hacer las cosas.
Hasta los treinta y cinco años de edad, es probable que quieran expandir sus horizontes a través del estudio o los viajes. Luego de cumplir los treinta y seis, alcanzan un punto de inflexión y adoptan un enfoque vital más práctico, realista y ordenado. Tengan la edad que tengan, es importante que se aseguren de usar su autoridad con sabiduría y de no abusar de la posición de confianza que suelen ganarse por méritos propios. Si logran tener en cuenta los intereses ajenos y respetan el derecho de los demás a opinar de manera diferente, no sólo se erigirán en una voz de autoridad incuestionable, sino que también poseen la imaginación y la creatividad necesarias para convertirse en una voz sabia, lúcida e inspiradora.
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