El mayor temor que sufren las personas nacidas el 1 de noviembre es vivir una vida monótona y carente de desafíos. Estos individuos detestan la inacción y la falta de progreso, y se sienten estimulados por los conceptos progresistas o incluso radicales. Son personas de acción y no pensadores, prefieren atacar antes que defenderse, y tan pronto como han alcanzado una meta no dudan en cambiar de aires y entregarse por entero a la siguiente.
Estos individuos aceptan todos los retos que la vida les plantea porque la excitación y la incertidumbre hacen que se sientan vivos. Si encuentran la manera de satisfacer esta sed de estimulación y aventuras, su energía ilimitada y su pulsión vital les proporcionarán el poder necesario para hacer que las cosas pasen. Si, por el contrario, viven en un ambiente que no les plantea ninguna batalla, es probable que se ahoguen en el desaliento o incluso en la depresión.
En general, son personas honestas y extravertidas, dispuestas a ofrecer su opinión sobre casi todas las cosas. Aunque poseen una confianza verdaderamente admirable, no siempre les ayuda a alcanzar sus objetivos porque si algo no tienen es buen juicio. Así, por ejemplo, es posible que corran riesgos exagerados o que subestimen el peligro, o que malinterpreten a las personas o las situaciones; por otra parte, su incapacidad para escuchar los consejos de los demás, aun tratándose de expertos en la materia, puede perjudicarles. En otras palabras, son excelentes atacantes pero malos defensores, y en las situaciones difíciles su nula estrategia defensiva puede hacerles muy vulnerables.
Hasta los veintiún años de edad, estos individuos pueden mostrarse muy serios e intensos, pero luego de cumplir los veintidós romperán el caparazón y su espíritu aventurero saldrá a relucir. Entonces querrán asumir mayores riesgos y probarse en distintos campos para encontrar sentido a su vida. Tengan la edad que tengan, su espíritu correoso y su apariencia expansiva les proporcionan sobrado potencial para ampliar los límites del conocimiento humano. Ahora bien, para convertirse en una fuerza inspiradora e influyente será fundamental que se conozcan mejor y adquieran una buena dosis de sentido común.
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