Estos seres buscan la afirmación en el campo social. Les interesa rodearse de personas sobre las que puedan ejercer poder a la vista de los demás. Su exigencia es muy marcada. Por eso, sus empleados deberán capacitarse permanentemente. Su ambición tiene un objetivos bien claro: llegar al éxito.
Un jefe Capricornio no concibe que dentro del área de trabajo exista un clima relajado. Exigirá prudencia en el trato. Como es valiente, valorará que los demás afronten los problemas con desapego y objetividad.
Pasarán largos años hasta que íntimamente se convenza de que sus empleados son competentes, pues es desconfiado hasta la médula. Él conquistará nuestra estima, pues sabe inspirar confianza con su actitud fiel y paternalista. Debemos tener en cuenta que siempre nos exigirá respeto y, sobre todo, obediencia. Cuando nos presentemos ante él, nos correrá un frío por la espalda al sentirnos visiblemente inspeccionados, controlados.
Si por él fuera, palparía de armas a todos los que entren en su despacho. Él mismo recorre las instalaciones de su empresa, para cerciorarse de que no queden las luces encendidas y hasta cierra las llaves de gas.
Todo debe estar en orden y su agenda no se debe demorar ni una hora. Su planificación debe ser cumplida a rajatabla, al igual que sus órdenes, entre las cuales, una de las más importantes, es atender los requerimientos de su venerada madre.
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