El empleado Capricornio

Una ilusión que posee todo empleado de Capricornio es conseguir un empleo en el que, por más humilde que sea su puesto, pueda lucir como un ejecutivo.
Morirá por tener un amplio escritorio, ubicado en una posición estratégica del edificio, con un piso de mullidas alfombras, si es posible, sin tener que compartir el teléfono con otros empleados de su misma condición. No existe el empleado de Capricornio que no haya cumplido con su deber al finalizar su jornada laboral.
Si hay algún trabajo que el capricorniano puede hacer es el de administrar, especialmente cuando se trata de dinero. Si su antecesor lo despilfarró lastimosamente, la cabra se encargará de guardarlo en la caja fuerte.
Si buscamos a alguien que nos cuide las espaldas y nos alcance el paraguas antes de irnos, debemos buscar a aquellos que nacieron entre el 22 de diciembre y el 20 de enero.
Comprenderá rápidamente las consignas que le demos, sin que se las debamos repetir, agregando, incluso, ese toque distinguido al contestar el teléfono. Su disposición hacia el trabajo es notable.
Mientras no se trate de emplear la fuerza física, nunca se quejará por la cantidad de trabajo que le demos. Él lo cumplirá porque considera que es «su deber».

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