La Casa VI gobierna la vida cotidiana, los gestos, los deberes, las costumbres vinculadas a ella, las relaciones con los objetos, con los subordinados, con los animales.
Se la llama la Casa del trabajo, porque mide el esfuerzo individual empleado generosamente día a día, la explotación práctica de las propias facultades, la organización, el servicio, la habilidad manual; es también la Casa de la salud, por cuanto rige las relaciones con el «objeto personal» por excelencia, es decir, el propio cuerpo, y de ella se obtienen indicaciones acerca de las posibles enfermedades y los puntos vulnerables del individuo.
El signo análogo a la Casa 6 es Virgo.
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