La Casa I empieza con la línea del Ascendente: el punto que surge en el horizonte al alba y que adquiere una importancia especial en la interpretación del tema.
El Ascendente es el punto de partida del tema, la experiencia primaria del sujeto en cuanto individuo. Representa el individuo mismo en sus manifestaciones más espontáneas, en sus tendencias instintivas, gobierna el aspecto físico, el comportamiento y la salud. Representa el libre arbitrio individual, el grado de autonomía personal y la manera de manifestarse y de expresarse del individuo.
Los planetas situados en la Casa I son particularmente importantes: determinan el «estilo» personal, indican las virtudes o defectos que se manifiestan primero, a través de los cuales el sujeto se ve obligado a expresar su naturaleza.
Cuanto más próximos a la cúspide de la Casa se encuentren, es decir al Ascendente, tanto más significativos serán en la interpretación.
En caso de caer el Ascendente en un determinado signo y la Casa I ocupe también buena parte del siguiente, en el análisis de la personalidad habrá que tener en cuenta también este otro signo.
Para analizar el Ascendente y comprender plenamente el significado de este en los signos, hay que dirigirse a la descripción de los signos en el capítulo correspondiente.
Recordemos que el signo en analogía con la Casa I es Aries.
Los planetas en la Casa I