Si tú, Aries, eres un ser valiente, podrás pertenecerle a una Escorpio. Pertenecer con toda justeza, porque, sin que te des cuenta, quedarás atrapado en su telaraña. Se estimularán mutuamente por medio de la pasión, pero aquí también los celos les jugarán una mala pasada.
Deberán ser menos ásperos en el trato y más diplomáticos, ya que se hieren a menudo sin considerar sus sentimientos. Lo que los une es un fuerte impulso sexual, aunque el Aries aspire a legalizar la relación.
Si es la mujer de Aries la que ocupa el corazón del Escorpio, ella deberá prestar mucha atención para no equivocarse. Suele pasar por una persona muy inmadura y a Escorpio no le agradarán las actitudes infantiles.
Si a ella le gustan las maneras varoniles, seguramente encontrará lo que busca en un plutoniano. Sin embargo, le costará entender sus misteriosos silencios.
Cuando intente saber qué le sucede, se le apagarán sus destellos fulgurantes con las olas que el húmedo Escorpio le arrojará. Aún así, el magnetismo con que Escorpio atrae a Aries es irresistible. Por el contrario, a un ariano le resultaría bastante complicado convivir con una escorpiana.
Aún a puede aprender mucho de ella La unión total culminará en la relación carnal, en la que cada uno tendrá muy claro quién es el hombre y quién la mujer. Ambos nacieron para perpetuar la especie y esto será lo más importante en sus vidas.
En este sentido, el ariano no deberá preocuparse más por los complejos vericue tos que transitan por la cabeza su apasionada escorpiana.