Sobre Virgo

En general, los nativos de Virgo son de contextura frágil y mirada intimidatoria. Podemos aventurarnos a decir que el virginiano se parece bastante al geminiano. Pero aunque a ambos los rige el mismo planeta, Mercurio, el virginiano es más reposado que Géminis. A los dos les encanta hablar, pero será Virgo quien le ponga pimienta a la conversación. Sin embargo, puede resultarnos antipático porque suele ser muy criticón. Tiende a querer reformar todo por su afán de perfección. Cuando un tema no le interesa, lo veremos parco y apático. Como el geminiano, Virgo conserva su aspecto juvenil aun en su madurez.
No se le reconocen redondeces. Su cara no es rellena; es angulosa pero no agresiva.
Su carácter se «dibuja» en su frente, que posee arrugas de expresión que surcan también el entrecejo. Tiene nariz recta, por lo general pequeña y filosa, y boca recta con labios finos.
Sus ojos, no muy grandes, son de mirar profundo. En ellos no se vislumbra una pizca de ensoñación: están siempre atentos al menor detalle, muy contactados con la realidad. No son huidizos, saben mirar de frente, casi bajando la cabeza como pidiendo, disculpas por entrometerse tanto en la mente de los demás. A diferencia de los geminianos, a Virgo no le interesa seducir. Su modo de vestir es simple, procurando no llamar la atención.
Sus colores predilectos son los tonos claros y acromáticos: gris, beige, amarillo, blanco, etc. Posee un gusto delicado y es sumamente pulcro.
El orden y la prolijidad son, para Virgo, una cuestión de honor. Algunas madres dirán que su hijo virginiano es lo más desordenado que ha visto. Pero estas caracterizaciones astrológicas se dan en varios niveles: si el muchacho es externamente desordenado en lo exterior, seguramente no lo será en su fuero interno. Su cabeza funciona como un programa de computación. Es tremendamente perfeccionista y obsesivo. Cumple al pie de la letra con su agenda y cumple puntualmente su compromiso anual con el dentista. Es ahorrativo, no por avaricia, sino «por las dudas». ¿Querrá tener todo al día por si se muere mañana? Le teme a todo.
Se preocupa demasiado por todo y por todos: por eso le cuesta tanto relajarse. Virgo es el signo de la Virgen madre; por eso se repite como su leit motiv la virtud de la pureza. Como maestro, tiene un tiempo acotado para transmitir sus conocimientos. Su poder de síntesis es su fuerte para enseñar. Analítico por naturaleza, de niño le encantan los juegos didácticos, que ponen a prueba su agilidad mental. Aprende, comprende y aplica la experiencia continuamente. Ya adulto, es un profesional responsable, preciso y puntilloso.
El virginiano es un ser abierto a todas las corrientes del pensamiento. Ésa es su manera de acercarse a la verdad. Estos seres limpios y prolijos, también lo son al elegir a quien los acompañe en sus viajes. Los elegidos deberán pasar por el «peaje» de lo sensible y del talento para seguir con él por la carretera de la vida.
Su mente es un alambique, una caldera donde coloca lo que quiere destilar. De ella sale un producto acabado y puro, estudiado hasta la última partícula. Pero no le vengan a él con las mismas vueltas a la hora de imponerles algo. Nada de remilgues y sofisticaciones. Los virginianos nunca se dejarán vender un buzón. El virginiano es un «preocupado natural». En general se comporta con discreción, pero cuando debe defender una causa lo hace con gran locuacidad. Virgo es hábil, sagaz y convincente; el crítico más descarnado. Negará cualquier argumento que no satisfaga su mente racional.
Tiene bien puestos los pies sobre la tierra. Sabe adonde va. Su mente es un mapa. Todos acuden a un virginiano, hasta para saber qué colchón comprar. A pesar de no ostentar títulos, se expresa con toda propiedad. El virginiano conoce sus limitaciones y, generalmente, no se mete a opinar cuando no sabe. Posee metas cortas y está enfocado en el día a día de su vida cotidiana. Que no le hablen de platos voladores o de la cuarta dimensión: esas conversaciones no son para él. Vive feliz si cuenta con buena salud y trabajo, preferentemente metódico y hasta rutinario.
Con ese tipo de vida disciplinada logra más que los que transpiran en el ring para conseguir una victoria y, además, se ahorra los golpes. Su mente se recarga demasiado. Un virginiano puede pensar hasta cuando duerme, yes posible que resuelva los más difíciles problemas mientras ronca como un tronco. Virgo es un trabajador nato. En su capacidad detallista, selecciona y discrimina, pero en el fondo es muy sensible y humanitario. A cada uno lo mide con su propia vara: si alguien es sociable, será sociable; si alguien es antipático, será agrio como un limón. En lo cotidiano, le da demasiada importancia a lo accesorio, a los detalles, y pierde la visión de lo interior, de los valores más profundos. Suele sobredimensionar los hechos. Pero en cuanto a los procesos mentales, ocurre casi a la inversa, evita lo superfluo y se preocupa por ir a lo medular. Es de perfil bajo por temor a equivocarse, y desperdiciar grandes posibilidades. Es muy cerebral y por demás inteligente. Para Virgo, la experiencia es la herramienta que le permite adquirir cada vez más sabiduría.

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