Tauro y su salud

Los Tauro son testarudos y rehusan los controles periódicos. Esta obcecación los puede llevar al extremo de una enfermedad. Son indolentes por no atender las alarmas del cuerpo a tiempo. Generalmente, se enferman frente a situaciones de cambios fuertes y profundos. ¡Cuidado!, sean conscientes de que somatizan. Mudarse de casa o ciudad, cambiar de trabajo, pelearse con su pareja, y todo aquello que implique movilizaciones internas, descoloca a Tauro, quien necesita un tiempo para «digerir» los cambios. Un taurino puede tardar meses para mudarse. Lleva de a poco sus cosas, como lo hace una hormiguita, y así, lentamente, va acostumbrándose a su nueva casa. Cuando por fin termina de mudarse definitivamente, ya está listo para procesar este gran cambio. Si se hubiera mudado de golpe, se habría enfermado al otro día. Las enfermedades más comunes de los nativos de Tauro abarcan la zona de la garganta: anginas, laringitis, falso Crup… Este tipo de dolencias denotan, a nivel psicológico, una imposibilidad de expresar lo que les angustia y la incapacidad de hacer valer los propios deseos. El típico nudo en la garganta es su talón de Aquiles por excelencia. También son comunes los problemas de tiroides, como el hipertiroidismo o el hipotiroidismo.
Para el taurino es fundamental el momento de la comida. Tauro da importancia a todo el ritual que se crea en torno a la comida, desde la decoración de la mesa y la ubicación de los cubiertos, hasta y los colores del centro de mesa, con flores o velas. El cuidado de todos estos detalles hace que la mesa tenga ese «toque» de armonía que tanto aprecia el taurino. Por supuesto que estos preparativos acompañarán un manjar bien elaborado, condimentado y cocido en su punto justo.
¡Nada de comidas rápidas! Al taurino le gustan los platos elaborados, en los que confluyen una buena presentación, un exquisito aroma, una delicada textura y un delicioso sabor. ¡Todo un festín para sus sentidos!
Desde luego que esto va acompañado por un buen vino, acorde con el plato que se está degustando. Disfruta de la elaboración de la comida tanto como del buen comer y del buen beber. Es raro encontrar a un taurino al que no le guste cocinar.
Como son lentos y pacientes, también lo es su digestión. Necesitan un tiempo de reposo posingesta o una larga sobremesa. Seguramente, en una reunión, nos daremos cuenta enseguida de quién es de Tauro. Se servirá lentamente su plato y tardará un rato en degustarlo, beberá pacientemente y catará el vino, acertando seguramente la bodega, cosecha y variedad a la que pertenece.
También hará alguna alusión al plato que está comiendo y a sus ingredientes. Comentará algo sobre la manera en que ha sido preparado y el «toque» que él le daría.

Signo Tauro