El empleado Escorpio

Cómo no te diste cuenta de que éste era el mejor de todos los postulantes? Deberías haber notado que su mirada serena y aplomada no tenía nada que ver con la haraganería.
Se te escapó que esos aires de suficiencia iban a ser prontamente capitalizados en tu empresa, puesto que siempre sabrá qué hacer, fuera de toda planificación, en algún momento crítico; sus objetivos son claros como el agua.
Al empleado Escorpio sólo dale tres consignas y, además de cumplirlas, inventará una cuarta, para que su rendimiento sea el máximo.
En poco tiempo, logrará hacerse cargo de varias personas, a las que manejará como títeres sin que lo noten. El trato con su jefe deberá ser de igual a igual. No es fácil trabajar con quien es poseedor de un potencial semejante: el escorpión no tiene pelos, ¡sobre todo en la lengua! Habrá que reconocerle su iniciativa, respetarle sus silencios misteriosos y tratar de que pueda cumplir sus deseos lo antes posible, dándole una buena remuneración.
Él entenderá que sus tareas pertenecen al mundo de la intriga, de la conspiración; y si su trabajo le ofrece la posibilidad de desarrollar su fantasía, rendirá al máximo. De lo contrario, un trabajo rutinario, que no le ofrezca nada más que cumplir con un horario, lo aburrirá y pronto volará en busca de nuevos horizontes.

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