Su regente, la Luna, les da un alto grado de sensibilidad. Por tal motivo, el lema de los Cáncer es «yo siento». Su sensibilidad se ve afectada periódicamente, del mismo modo que las mareas, por el cambio de fase lunar. Es por ello que estos nativos son tan inconstantes emocionalmente.
Estos cambios de humor afectan directamente al organismo. Cáncer rige el estómago y su funcionamiento, el esófago, el diafragma, las mamas y su secreción, los lóbulos superiores del hígado, la caja torácica, el páncreas y el suero de la sangre. Los Cáncer son los nativos que tienen mayor tendencia a la obesidad; quizás sea para «acolchonar» la agresividad del mundo que los rodea.
Por ansiedad o preocupación, comen para reemplazar los «nutrientes afectivos» que sienten que les están faltando. Muchas mujeres de Cáncer padecen trastornos de la alimentación, como bulimia y anorexia.
Estos desórdenes de tipo psicosomático están acompañados de la culpa por haber comido «demasiado» y no poder tolerar esta situación. Es por eso que se provocan el vómito, con el posterior adelgazamiento patológico. Cáncer no sólo se preocupa por su propia alimentación, sino también por lo que comen los demás. El Cáncer necesita de la soledad para regenerarse y, como lo demuestra su símbolo, el cangrejo, se protege dentro de su caparazón y se mete para adentro para que nadie lo moleste. Pero cuando los problemas exceden su caparazón y lo atraviesan, el cangrejo se enferma.
Las enfermedades de Cáncer son las regidas por la Luna, como hidropesía, edema, clorosis, vómitos, hidrocefalia, abscesos y tumores -particularmente de ovarios y mamas-, defectos visuales como la miopía, enfermedades del aparato reproductor femenino y trastornos en el ciclo menstrual, resfriados, catarros, desarreglos de los fluidos corporales, vértigo, epilepsia y afecciones del estómago, como gastritis, dispepsia y reflujo gastroesofágico. Se han observado desórdenes de la memoria, ya que la Luna rige también la mente.