¿Hasta qué punto, astrológicamente hablando, las cosas están predeterminadas o marcadas y hasta qué punto no? Para ver claros los limites y alcances de la Astrología podemos valemos de un ejemplo simple, pero válido.
Supongamos que un niño ha nacido en Francia, dentro del seno de una familia francesa.
Su lengua materna será el francés. ¿Podemos decir que tratándose de un niño con parámetros intelectuales normales sabrá hablar el idioma francés con total soltura? Sí, indudablemente, esa capacidad será parte de un destino señalado.
Sin embargo, en algún momento de su vida, estará en condiciones de aprender otras lenguas. Si bien su destino podría haberle concedido una cierta predisposición para el aprendizaje de idiomas, será él quien finalmente decida hacerlo y es allí donde su voluntad se habrá puesto en marcha porque, aunque pudiesen existir exigencias de terceros, será él y sólo él quien aplique su voluntad.
La Astrología a través de los tránsitos planetarios anuncia que para tal signo habrá favores o dificultades en tal o cual área: el amor, la familia, la profesión…pero queda en manos de cada individuo tomar las precauciones del caso cuando los anuncios son desfavorables o aprovechar al máximo los beneficios cuando los informes resultan alentadores.
En uno y otro caso, la Astrología se encarga siempre de que el individuo realice un aprendizaje; tanto para obtener provecho de las oportunidades favorables como para protegerse de las inclemencias que puedan surgir en su camino.